Se me esfumó un poema.
Se fue con viento fresco,
evanescente, apenas sin dejar rastro.
Sólo un escalofrío húmedo
como un ente del otro lado
que te sopla a la oreja
y te clava ojos invisibles
y te lee sin palabras
la espina dorsal,
la corriente sanguínea,
los sueños, el metatarso,
los secretos menores y mayores,
el hueso sacro,
las ideas, las penas, las alergias,
hasta el centro de la médula
y la memoria y sus fallos.
No lo noté entonces.
No lo noté entonces.
Pero abrí la ventana,
miré a lo lejos,
ordené los cojines del cuarto,
encendí un incienso
y me quedé pensando
que algo había volado.
La temperatura bajó levemente.
Me dí cuenta con un tenue soplo
que dejó un nudo
hueco en mi garganta.
Salvador Dalí
Muchacha en la ventana, 1925
Muchacha en la ventana, 1925
... Comencemos por el principio.
ResponderEliminarToma asiento...
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