miércoles, 21 de enero de 2015

INSECTOS



























Todo poema lleva un
que lo hace luciérnaga
en la noche del universo.
Los humanos-hormiga 
nos dolemos
y amamos
en un radio
insignificante
como una fila
de puntos 
suspensivos
surcando
simas tectónicas
sin ser conscientes
del vértigo.
Lo enorme no es visible
a nuestros ojos
de insecto.


Imagen: Tsuneaki Hiramatsu

7 comentarios:

  1. Me sabe a cíclopes deambulando por crestas afiladas...

    ResponderEliminar
  2. No creo que vuelva a encontrar una definición más auténtica, breve e increíblemente certera de lo que es la individualización del poema.
    Y, joder, vaya sensación.

    ResponderEliminar
  3. Pero aún así se componen grandilocuentes rimas.

    ResponderEliminar
  4. Por alguna razón no siempre sabemos intuir la dimensión y la escala de los hechos. Y uno que piensa que todo se puede medir con las manos.

    ResponderEliminar

Gracias por pasar. Cuéntame a qué te sabe.