Como una raíz
que levanta
el pavimento
ávida de vida,
me instalo
en tu corriente.
Con los pies sucios
de lluvia y mundo
sostengo
la tierra de tu pecho.
No creo en caminos,
enseres, semáforos,
edificios, aparejos.
Me estremecen
la luna y los quejidos
de amor en los tejados,
el cansancio de la risa,
los cántaros rotos,
almohadas, forjeceos
alumbrados al viento.
Imagen: Ugo Rondinone. Clockwork for oracles
A la tierra le vendría bien unos zapatos nuevos para calzarse el mundo.... de una vez.
ResponderEliminarPero no para ni un momento, la tierra. Ni por esas se está quieta.
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