Nunca soñé
con ser princesa.
Me dan arcadas
las comedias
de amor americanas.
Pocas veces
me regalaron flores.
Pero hoy,
no me importaría
que apareciera
un príncipe
-no necesariamente
azul,
no soy racista-
que me sacuda
a polvos
la tristeza.
Y después
que se vaya
a cazar ranas.
Imagen: Akiko Ijichi
Ya casi no recuerdo
cómo se conjugan ciertos verbos.
Me descubro en ocasiones
hablando sola
como las locas
para no olvidarlos.
Se desvanece de mi memoria
cómo temblaba de sol
en otras vidas
horas y horas
abatiendo mundos,
construyéndonos.
Porque es piel lo que parece
luz, deleite y arrebato,
y puedo tornarme fuego
y los cuerpos no engañan
y aman y mueren
desmembrándose
en cada encuentro.
Pero su sola lengua no quita
la sed.
Que te muestres y me acojas
en palabras desnudas
de vientre.
Lo echo de menos.
Imagen: Xavier Escribà. Epidermis. Les yeux Klee.