martes, 29 de noviembre de 2016

UN DÍA COMO HOY































Un día como hoy
será el último.
Me rodearás con soltura
desgranando calor ante el espejo.
Nos perderemos
en la terquedad de las cremalleras,
en la cintura, en las nalgas,
en las lenguas.
Con la incandescencia de tus manos
de rey Midas
me transformarás en oro líquido.
Acopladas las caderas
a la cadencia de tu pulso
no resistiré al demonio de tu cuerpo.
Te volcarás en mi sed,
en huesos y sangre.
Pereceremos, colmados, al mundo.
Me dejarás abatida en tierra,
temblando en tu olor,
borracha de sexo.
Un día como hoy
será el último.
Sin despedidas,
hibernando
hasta hallar otros diluvios
que nos concedan olvidar
lentamente
este veneno.



Imagen: Frida Castelli

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